Los pecados del mal comer

Porque sin buena alimentación no hay salud

“Más del 50% de las urgencias caninas –explica Sonia Reina, veterinaria asesora de The Pets están relacionadas con la mala alimentación”. El aparato digestivo del animal (esófago, estómago e intestino) puede acabar hecho una piltrafa por culpa de huesos, atracones, pienso de dudosa reputación o cambios bruscos de dieta. Veamos las dolencias más importantes del mal comer. Son cinco y todas pueden evitarse. 

1GASTRITIS AGUDA 

La gastritis (infecciosa o tóxica) es, sencillamente, la inflamación de la parte interna de las pareces del estómago. Y aunque puede aparecer por muchas causas, nos vamos a centrar en las dietéticas. Por ejemplo, si el perro consume alimento húmedo en mal estado (ojo a las fechas de caducidad), las bacterias darán lugar a una gastritis aguda, cuyo principal síntoma son los vómitos repetidos. Por lo general, los cuadros agudos mejoran en un plazo de 24-48 horas.

¿Qué hacer? Dejarle que vomite a gusto, no agobiarlo y ofrecerle pequeñas cantidades de agua varias veces al día. Una vez superados los vómitos, dejar a su alcance puñaditos de pienso empapados en agua. La normalidad alimentaria se podrá recuperar en 2 ó 3 días.

👉 Hay que vigilar con atención a los cachorros, cuyo aparato digestivo puede no tolerar bien los altos contenidos de grasa (esto va por las dietas caseras). Ojo también a los ejemplares adictos a los cubos de basura, trendy place de las bacterias más barriobajeras de la microbiología criminal, origen de gastritis de gran envergadura, entre otros males aún peores.

2DILATACIÓN ESTOMACAL

Estamos ante una urgencia digestiva muy grave. Sucede cuando el animal se da un atracón de comida y el estómago se dilata, se llena de aire, se retuerce sobre sí mismo y, en consecuencia, las arterias y venas del estómago quedan estranguladas, provocando un colapso sanguíneo. El pronóstico no es bueno: un 30% de los perros fallece.

¿Qué hacer? Acudir a un hospital veterinario con rapidez, antes de las primeras dos horas desde el inicio de los síntomas. Estos son: náuseas, exceso de salivación, inquietud y ruidos abdominales. Tras una exploración radiológica, el veterinario decidirá qué hacer. Es muy probable que resulte necesario una cirugía para fijar el estómago y evitar posteriores rotaciones.

¿Lo más grave? La torsión gástrica: controla las cantidades y nada de ejercicio después de comer.

👉 Hay que vigilar con atención a los ejemplares de gran tamaño y a los que tienen el tórax profundo. También a todos los perros que comen y beben muy rápido. La prevención pasa por evitar comidas copiosas; mejor dividir la ración en dos o tres tomas diarias. Tampoco es bueno hacer ejercicio antes ni después de comer, y jamás se debería dejar la comida a libre disposición del animal. Existen comederos específicos cuyo diseño impide que el animal devore a gran velocidad los alimentos, útiles para prevenir la torsión.

3OBSTRUCCIONES EN EL SISTEMA DIGESTIVO

Una golosina de piel dura, un delicioso hueso de ternera que sobró del cocido, un juguete inofensivo o incluso un pequeño palo astillado pueden quedar atrapados en el esófago, estómago o intestino del perro. Si el objeto es grande, no pasará del esófago, y casi de inmediato comenzará a salivar y hará intentos infructuosos de tragar.

Si el objeto llega al estómago, puede que no surjan síntomas, salvo vómitos después de comer o beber. Si se incrusta en el intestino, el asunto se complica: inapetencia, dolor, vómitos, diarrea o dificultad para defecar son los primeros signos de un mal que podría comprometer la vida del animal.

¿Qué hacer? Solicitar ayuda veterinaria. El mejor modo para extraer un cuerpo extraño es la endoscopia, aunque la cirugía también es muy frecuente. Si el objeto está en una zona superior, la fuerza de un vómito podría expulsarlo. En ese momento el perro quedaría más calmado.

👉 Hay que vigilar con atención a los perros que lo muerden todo y a los cachorros. Es importante señalar que la mayoría de las obstrucciones se debe al consumo de huesos.

4ALTERACIÓN DE LA FLORA INTESTINAL

En el intestino de todo animal, incluido el hombre, cohabita una legión de microrganismos que actúa a favor de la salud. Bacterias, hongos, levaduras y demás seres microscópicos conforman una colonia de 100 billones de miembros felizmente avenidos. Hasta ahí, todo miel y rosas…pero he aquí que este equilibro, llamado flora intestinal, puede alterarse. Y cambiar la dieta habitual es una de las principales razones.

Cuida su intestino: alternar dietas diferentes termina destrozándolo

Si un cachorro se alimenta con una comida A, pero a los pocos meses cambia a otra de tipo B para, finalmente, estar al albur de las ofertas del supermercado, su flora intestinal va a declararse en estado de guerra, volviendo patógenos a algunos de sus microorganismos. Esto significa que la flora va a dejar de portarse bien: diarrea, pobre asimilación de los alimentos, malestar general, decaimiento y menor resistencia a la enfermedad son los primeros síntomas de un mal que puede acarrear problemas de envergadura.

No son pocos los estudios que relacionan las alteraciones de la flora con enfermedades muy serias, desde cáncer hasta diabetes.

¿Qué hacer? No cambiar la dieta sin ton ni son, y hacerlo siempre de modo progresivo (mezclando alimento antiguo y nuevo hasta hacer desaparecer el primero), evitar el agua con exceso de cal, cloro o falta de minerales. Si hay sospecha de alteración, un análisis de heces nos sacará de dudas. En caso de diarreas frecuentes, valorar algún prebiótico.

👉 Hay que vigilar con atención a los ejemplares estreñidos, con muchos gases o con diarreas intermitentes. También a los que cambian de dieta y desarrollan extraños ruidos digestivos. Las variaciones de peso injustificadas también son motivo de sospecha.

5DIARREA AGUDA O DIETÉTICA 

Una diarrea se convierte en crónica cuando dura al menos dos o tres semanas. Los desórdenes alimentarios son la causa más frecuente. Hablamos de consumo excesivo de alimentos, cambios bruscos de dieta, ingestión de basuras, intolerancias…

Pongamos un ejemplo real. El dueño de un Cavalier comía un pienso de muy elevada calidad que, a modo de premio, su amo mezclaba con leche o yogur. El pobre animal desarrolló lo que se conoce como diarrea dietética por su intolerancia a la lactosa, y a punto estuvo de degenerar en crónica si no hubiera acudido a la consulta de uno de nuestros asesores veterinarios, Carlos Santos, quien señala cómo “las diarreas crónicas son frecuentes en perros alimentados con dietas caseras, ya que cualquier variación de ingredientes, tiempos de cocción, uso de carne sobrecalentada… reducen la digestibilidad y originan cuadros de diarrea dietética”. Esta patología desaparece tras 24 horas de ayuno, salvo que se convierta en crónica.

¿Qué hacer? Dejarle en ayunas 24 horas, invitarle a beber con frecuencia y ofrecerle una dieta digestiva empapada en agua. Es posible que el veterinario pida un análisis de heces para identificar el origen del problema.

👉 Hay que vigilar con atención a cachorros y devoradores de restos callejeros. También a los que se alimentan con dietas hechas en casa y a los que, por la razón que sea, han logrado darse un atracón de comida, propia o ajena.

 

 

¿No conocías las dolencias del mal comer de tu mascota? Estos artículos y muchos otros los podrás encontrar en The Pets. Imágenes: Pixabay & 123RF & Pexels

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