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aría y Patricia viven con su familia en Madrid. La llegada de Paco se produjo por sorpresa, durante una noche de julio. “Estaba sucio, olía fatal y temblaba, pero parecía muy vital”, nos cuentan sus jóvenes dueñas. Tras unos días de dudas en los que fue bautizado provisionalmente como Algodoncito, “el nombre más cursi que mi hermana pequeña pudo imaginar –explica María-, mis padres nos dejaron adoptarlo”.
Paco salió al encuentro de María y su grupo de amigas en la localidad de Cudillero (Asturias), donde la familia pasaba el verano. “Era muy pequeño y estaba totalmente desorientado; los coches lo esquivaban. Corrí hacía él por instinto. Llevaba collar, pero no microchip. Su dueño nunca apareció”.
Paco se parece mucho a un Labrador. El veterinario les confirmó que, aunque no es un pura raza, algo de Labrador Retriever sí tiene. “Consultamos con Paco, el veterinario –de ahí el nombre final de Paco, el perro- solo por curiosidad. Tanto a mí como a mi familia nos importa poco que sea mestizo o pura sangre. Lo que de verdad nos preocupa es su bienestar”.
La vida de Paco antes de ser adoptado por la familia Valdivia siempre será un misterio, aunque su comportamiento hace sospechar que no fue del todo idílica. Su dueña nos cuenta que “es desconfiado y se lleva mal con los otros perros – algo muy raro en los Labradores-, salvo con su novia”. ¿Tiene novia? “Sí –contesta María entre carcajadas-, una mestiza dorada que le tiene loco. Es una monada; solo se relaciona con ella. Nos estamos plateando aceptar el idilio por dos razones: hacerle feliz y acabar con los embarazos psicológicos de Linda, su novia. Sus dueños ya no saben qué hacer…”. En efecto, ser madre ayudaría a Linda a encauzar este problema, que no enfermedad.
Seguiremos la pista de Paco y de su novia dorada, y también la de su posible descendencia. “Ese es el problema –nos cuenta María–. Antes de aceptar el noviazgo hay que encontrar un buen lugar para los cachorros”. Patricia asiente con la cabeza mientras escucha a su hermana mientras que Paco está a lo suyo, intentando dar caza a una mosca que esquiva sus fauces con evidente agotamiento…