La sexualidad de las mascotas no es asunto baladí, al menos para los amos. Las preguntas son muchas y bien distintas. Algunos dueños preguntan por el primer celo, otros por los métodos anticonceptivos y muchos por el desconcertante embarazo psicológico. Nuestro equipo veterinario responde a estas y muchas preguntas más. Si te quedas con dudas, ¡escríbenos!
¿A QUÉ EDAD TIENEN LAS PERRAS SU PRIMER CELO?
Difícil pregunta. No es fácil precisarlo. Por lo general, entre los primeros siete y nueve meses de vida, aunque puede retrasarse bastantes meses más. Esto significa que no existe motivo alguno de preocupación si, pasados diecisiete meses, aún no ha tenido su primer celo. El límite está en el año y medio. El comienzo del celo (o estro) está sujeto a muchos factores que hacen imposible dar una fecha exacta. Por ejemplo, una hembra de Golden Retriever siempre será más precoz que otra de Mastín (cuestión de tamaño).
La época del año también influye, y la experiencia demuestra que el celo se atrasa o se adelanta en función del comienzo de la primavera y el otoño. No obstante, hay un dato que sí nos dice que el momento está cerca: cuando la zona genital aumenta (edema vulvar) y la hembra se muestra más nerviosa e intolerante de lo normal. La sexualidad de las mascotas tiene su propio lenguaje corporal y emocional.
EN CUANTO AL CELO DE LAS GATAS…
Sucede lo mismo, aunque en este caso los factores externos influyen mucho más. Basta con señalar que el fotoperiodo (número de horas de luz al día) puede llevar a todas las jóvenes gatas de una barriada a tener el primer celo casi el mismo día y a la misma hora. Sorprendente, pero cierto. Conviene saber, no obstante, que ninguna hembra alcanzará la madurez sexual hasta superar los dos kilos de peso. A diferencia de otras especies, las gatas no sufren edema de vulva ni hemorragia, con lo que el cambio de comportamiento (ronroneos, maullidos, frotamientos contra el suelo…) será la única evidencia de la llegada del celo.
¿CUÁNTAS VECES AL AÑO TIENEN EL ESTRO LAS PERRAS?
Si tenemos en cuenta que el celo dura unos 15 días y que la menstruación no debería superar los 21, podemos considerar normal la aparición del estro cada seis meses, Pero esta frecuencia puede variar, y no es extraño que una perra tenga celos cada siete, ocho o nueve meses. Incluso uno anual. Conviene señalar que las hembras que tienen más de dos menstruaciones al año necesitan revisión veterinaria. En el resto de los casos, lo importante es la regularidad. Es decir, da lo mismo que el estro aparezca cada seis o doce meses; lo importante será que siempre se cumplan las fechas. Algunos aspectos de la sexualidad de las mascotas varían mucho de un ejemplar a otro. Y este es uno de ellos.
¿Y CUANDO ENTRAN EN CELO LAS GATAS?
Generalmente, las gatas entran en celo a partir de los meses de enero y febrero. Este período dura entre tres y cinco días. Sin embargo, y a diferencia de las perras, pueden sufrir celos repetidos, lo que llegado el caso resulta muy molesto. A saber: una hembra de gato puede llegar a tener un estro cada quince días… y durante todo el año.
¿CÓMO EVITAR EL CELO Y LOS EMBARAZOS NO DESEADOS?
La medicina actual ofrece soluciones eficaces y seguras en ambos casos, bien con la ayuda de fármacos o de la cirugía. La primera solución consiste en proporcionar químicos que interrumpen los mecanismos hormonales, provocando la desaparición del celo y de sus consecuencias. Es importante señalar que sólo deben utilizarse cómo método temporal y nunca antes de que la hembra haya alcanzado la madurez sexual. Sin olvidar que, como todo fármaco, tiene efectos secundarios.
Si lo que se pretende es una medida definitiva, hay dos opciones: castración o esterilización. La primera elimina la capacidad reproductiva y el deseo sexual, mientras que la esterilización sólo evitará los embarazos. Las técnicas de castración son la ovariohisterectomía, que conlleva la extirpación de útero y ovarios, y la ovarioectomía, que únicamente suprime los ovarios. Entre las técnicas de esterilización se puede optar por la ligadura de trompas o la histerectomía.
DEMASIADAS POSIBILIDADES… ¿CUÁL ES LA MÁS ACERTADA?
Depende de cada caso. La solución perfecta no existe. Aun así, en The Pets recomendamos la ovariohisterectomía. Consideramos que es el método más resolutivo: libera a la hembra de los inconvenientes del celo, impide el embarazo y evita que se desarrollen enfermedades vinculadas al sistema reproductivo.
¿ESTA EMBARAZADA?
A primera vista no es fácil saberlo, al menos los primeros días. Esto es así porque los fetos solo se desarrollan un 25% durante sus primeros 30 días de vida. Lo que ocurre es que tanto la gestación de perras como de gatas dura 60 días. Con lo cual, a la mínima sospecha habrá que acudir al veterinario. Si la ecografía confirma el embarazo, hay que desparasitar, adecuar su alimentación, procurarle ejercicio moderado, pero regular, depilar la zona genital y mamaria una semana antes del parto y no descuidar los controles veterinarios.
¿QUÉ HACER SI LA MONTAN A TRAICIÓN?
Aplicar métodos farmacológicos que eviten la implantación de los óvulos fecundados o provocarle un aborto. También es posible castrar al animal en un plazo de dos a tres semanas después de la monta. Todas estas medidas tienen serios inconvenientes. Los fármacos presentan efectos secundarios, y si los óvulos ya han sido implantados y los fetos están desarrollados, tendrán que provocarse un aborto en toda regla para expulsarlos, con los riesgos que eso conlleva. En cuanto a la esterilización de la hembra gestante, no todos los veterinarios están de acuerdo en practicarla. Es obligado señalar que cualquiera de las técnicas por las que se opte tendrá repercusiones emocionales en la hembra. Y en muchos casos, graves. Muy importante: no se debe dar ningún paso antes de confirmar que hay embarazo. En la mayoría de las ocasiones, las montas a traición no generan embarazo.
¿ENGORDARÁ?
Si tras la castración se le proporciona una dieta baja en calorías y ejercicio regular, tiene exactamente las mismas posibilidades de criar michelines que cualquier otra hembra de su misma raza y edad que no haya sido intervenida. No podemos obviar, sin embargo, que un estudio publicado en Preventive Veterinary Medicine y realizado por la Universidad de Copenhague (Dinamarca), afirma que la castración aumenta el riesgo de obesidad hasta tres veces. Razón de más para adaptar la alimentación y aumentar el ejercicio. Señalar que, según este mismo estudio, la esterilización no conlleva riesgo de sobrepeso.
¿Y SI NO CRÍA NUNCA?
No existe necesidad física o psíquica que obligue a una hembra de perro o gato a tener una camada para preservar su salud. Esta es una antigua creencia sin fundamento. No pasa absolutamente nada si no tienen cachorros jamás. Afortunadamente, ahora son pocos los dueños que creen que su perra o gata puede perder la cordura o desarrollar tumores de útero por no ser mamá. La sexualidad de las mascotas existe por necesidades reproductivas, pero si ésta no se cristaliza, no hay consecuencia negativa alguna para las hembras.
¿EXISTE EL EMBARAZO PSICOLÓGICO?
Sí. Es una fase natural del ciclo biológico de las hembras felinas y caninas. Lo que ocurre es que en la mayoría de los casos es asintomático. Cuando una perra o una gata adoptan muñecos, zapatillas o cualquier otro objeto para defender o cuidar como si de un cachorro se tratara, no hay motivo de preocupación, salvo que sus mamas se hinchen o segreguen leche. En este caso, el veterinario recetará fármacos muy eficaces para eliminar los síntomas. El embarazo psicológico no es un problema, y mucho menos una enfermedad. enfermedad. SSolo es un ciclo natural que conviene observar.