Tu gato no puede hacer pis, aunque lo intenta. Las pocas gotas que expulsa salen tras una coral de maullidos que parecen gritos. Y lo son. Podría tener una urgencia de primer orden que duele a rabiar: bloqueo urinario. El riesgo está en atribuir los primeros síntomas a males tan pasajeros como estreñimiento, indigestión o mal de amores
Todo comienza con un inocente ir y venir al arenero. «Nada importante», te dices. Después llega el frenesí. No sin asombro observas que inicia un autolamido arrítmico y violento sobre su zona perineal, la que está entre el pene y el ano. En ese momento quizás te preguntes si la gata del vecino ha entrado de nuevo en celo. Y te responderás que sí. Ahora ya sabes por qué tu macho alfa lleva días intranquilo. Buena excusa para obviar, también, esa resistencia a sentarse sobre las patas traseras. ¡Grave error! Tu gato no sufre mal de amores (¡ya le gustaría!). Sus problemas solo acaban de empezar.
EL PIENSO DE MALA CALIDAD ALTERA EL PH DE LA ORINA Y FAVORECE LA FORMACIÓN DE PIEDRAS
¿Por qué no puede hacer pis?
En algún momento del proceso sus viajes al WC dejan de ser directos. Esquinas, paredes e incluso muebles son lugares válidos para este animal de pulcras costumbres. Puede que te des cuenta, aunque nuestros veterinarios tienen razones para pensar que no. Susana Cacho, asesora de Thepets.es, explica que “a casi todos los amos les pasa inadvertida esta señal, aunque también sé de algunos que lo ven y, en vez se sospechar que algo va mal, se alegran de que el pobre gato solo haya expulsado unas pocas gotas de orina. Y no son amos negligentes, no. Son amos muy normales”.
Sea como sea, la gran mayoría no se percatan de que su gato no puede hacer pis. Tampoco relacionan su obsesivo lamido perineal con una obstrucción y muy pocos ven que los episodios iniciales de alteración desaparecen para dar lugar a un estado de preocupante letargo. Susana Cacho explica que “el gato está mal. Sufre. Y eso lo agota. En pocas horas el gato puede quedar aletargado, sin fuerzas ni ganas para comer o moverse”.
LAS MEDIDAS PREVENTIVAS MÁS EFICACES SON: DIETA ADECUADA, EJERCICIO E INGESTA DE LÍQUIDOS
Maúlla porque no puede orinar
Uno de los puntos álgidos de la obstrucción urinaria llega cuando el animal comienza a maullar pidiendo ayuda. El pobre gato no puede hacer pis. Le duele muchísimo y se queja del único modo que sabe. Sin embargo, algunos amos diligentes ni aun así se dan cuenta de lo que ocurre.
La situación la describe muy bien Nena Barros (Brasil) en una zooconsulta enviada a Thepets.es. Estas son sus palabras: “cuando aún no había terminado de justificar las primeras señales de alarma, unos alaridos en forma de maullido me alertaron. Acudí de inmediato. Y al verlo me enfadé. Ahí estaba él. En el arenero. Montando un escándalo desproporcionado porque no podía hacer sus necesidades. Está estreñido —pensé—. Solo eso… y barajé soluciones sencillas, como mezclar su dieta con agua o comprar algún probiótico”. Nena en ningún momento sospechó que estaba ante una urgencia veterinaria de primer orden.
¿Qué produce la obstrucción urinaria?
La obstrucción es un tapón en la vejiga. Y por eso el gato no puede hacer pis: el conducto está —literalmente— atascado. Puede deberse a un cúmulo de arenilla, cálculos renales, tejido, mucosas… Las infecciones urinarias y el tipo de dieta suelen estar detrás de la mayoría de los bloqueos urinarios. Se sabe, también, que el estrés provoca que las células de la capa interna de la vejiga se desprendan, lo que podría formar una masa lo suficientemente grande como para provocar la obstrucción.
⇒ Si el gato tiene una obstrucción urinaria, cada minuto cuenta. Susana Cacho lo explica en pocas palabras: “aunque es una afección potencialmente mortal, si recibe atención temprana se restablecerá”
Las primeras crisis suelen verse entre el primer y tercer año de vida. En el 80% de los casos aparece antes de los seis años. Es una urgencia que acapara el ”10% de las consultas que necesitan atención inmediata”, calcula Susana Cacho, quien añade: ”los gatos machos son infinitamente más propensos a sufrirla que las hembras”.
¿Por qué afecta más a los machos? Es una cuestión de tamaño. La uretra de ellos es mucho más estrecha que la de ellas.
Protocolo veterinario
En la clínica le pondrán una sonda urinaria para vaciar la vejiga. Con seguridad será anestesiado y puede que deba permanecer ingresado. Para eliminar el “tapón” en algunos casos se utilizará un aparato de ultrasonidos. Si no es posible, se practicará cirugía.
En situaciones extremas se lleva a cabo una intervención llamada uretrostomía, que consiste en ampliar el diámetro de la uretra. Esta operación tiene indicaciones muy precisas. Si se hace bien, el animal raramente volverá a sufrir una obstrucción. Se trata de una técnica invasiva que, sin embargo, y de acuerdo con un estudio de National Library of Medicine, mejora la calidad de vida de la mayoría de los gatos intervenidos.
TRAS 24/48 HORAS SIN QUE EL ANIMAL ORINE PUEDE SOBREVENIR LA MUERTE POR INTOXICACIÓN URÉMICA
¿Cómo evitar el bloqueo urinario?
⇒ Si el gato no puede hacer pis en absoluto hay que buscar asistencia veterinaria de inmediato. En caso de que comience a orinar en lugares inadecuados, se muestre triste y/o alterado o alicaído, debe consultarse con el veterinario
La calidad de la alimentación es decisiva para prevenir la obstrucción urinaria en gatos, ya que la composición de la orina desempeña un papel fundamental. La mayoría de las dietas felinas, si son de calidad, están ideadas para disminuir el riesgo de padecer este trastorno. Hay alimentos formulados para disolver, incluso, los cálculos renales. Su consumo, que debe ser supervisado por el veterinario, tiene un porcentaje de éxito altísimo. Algunos de ellos son Urinary S/O, de Royal Canin, y también Prescription Diet c/d Multicare, de Hills.
Hubo un tiempo que se creyó que el exceso de magnesio era el principal responsable de esta enfermedad. Con el tiempo se descubrió que no. El magnesio influye, sí, pero menos de lo que se creía. Lo realmente importante es la acidez o pH de la orina del gato.
Por fortuna existen dietas que bajan a acidez de la orina y proporcionan, a la vez, cantidades muy ajustadas de magnesio. Resultan perfectas para prevenir la enfermedad y no necesitan prescripción veterinaria.
Aunque es una enfermedad que puede afectar a todos los gatos, se sabe que el sobrepeso, la inactividad, los episodios de estrés, las malas condiciones higiénicas y una alimentación seca favorecen su aparición. También hay que vigilar que el gato bebe agua suficiente.
