No me cuides tanto, los excesos podrían enfermarme

Cuidar en exceso nuestras mascotas

Esto va a doler: algunas de las enfermedades que sufren nuestras mascotas se deben a la negligencia de sus amos. El cariño no es sinónimo de excesos. Las contemplaciones mal entendidas pueden desde dejarlos sordos hasta provocarles dermatitis. Y cosas aún peores.

Susana Cacho, veterinaria asesora de ThePets, lo dice alto y claro: “hay dueños que se exceden en atenciones y atribuyen actitudes humanas a sus perros. Y esto dista mucho de la realidad. El cariño mal entendido lleva a algunos amos a aplicar en sus mascotas remedios humanos con consecuencias fatales.

Puede parecer un chiste, pero es necesario recordar no una vez, sino muchas, que nuestras mascotas no son personas. ¿Exagero? No. Os voy a contar algunas anécdotas: una preciosa perra mestiza llegó a mi consulta casi calva y con el pH de su piel totalmente alterado. ¿La razón? Su dueña la bañaba todas las semanas.

Pero eso no es todo, hay quien celebra el cumpleaños de su perro invitándole a una fabada –palabra que no miento- o que ha intentado curar el resfriado de su gato -¡a saber si lo tenía en verdad- con una aspirina. Algo gravísimo, porque este medicamento puede incluso causarle la muerte; los animales no lo metabolizan”.

Con los excesos,  el animal crecerá creyéndose el rey del mambo, Y encauzarlo no será fácil

Nuestra veterinaria asesora también alerta de otro riesgo que urge parar: “algunos amos se fían del consejo del vecino más que del propio veterinario. Si al gato de la prima Lola le ha ido bien con un medicamento para los vómitos, ¿por qué no le va a hacer el mismo efecto a mi Husky? Absurdo, pero real”, señala Susana con cierto enfado.

⇒Cuidados sí, excesos no⇐

Los cuidados mal entendidos siempre repercuten, en mayor o menor grado, sobre la salud física o psíquica del animal. La cabezonería de ofrecer a los perros dietas caseras, el uso de productos humanos para sus cuidados higiénicos, la falta de constancia a la hora de imponer normas básicas… provocan diarreas, caída de pelo, alergias, lesiones, estrés, problemas de comportamiento y un sinfín más de trastornos. Veamos algunos de los más habituales:

Piel y Pelo. Cuando no se cepilla ni se lava con regularidad el manto de un perro, la caspa y los picores surgirán como flores en primavera. Y si encima no está bien alimentado, el pelo podría comenzar a caerse a manojos. Pero el exceso de higiene podría ser incluso peor, más aún si se utilizan productos de uso humano. Y si además se aplican ungüentos mágicos para fortalecer raíces o multiplicar el brillo, el desastre podría ser mayúsculo. Las consecuencias más habituales de estas prácticas son dermatitis, alteración del pH cutáneo y alergias.

Usar colonia es un hábito humano; oler a rayos, lo más cool entre los canes

Otro dato a tener en cuenta es el uso de colonias. No son perjudiciales siempre y cuando estén formuladas para ellos. Esto no significa que a ellos les guste. Muy al contrario, estamos seguros de que el porcentaje que acepta con gusto ser perfumando es casi inexistente. Utilizar colonia es una costumbre humana; oler a rayos, lo más cool entre los canes.

Ojos y Oídos. Las orejas se ensucian y hay que limpiarlas con toallitas especiales para tales usos o gasas esterilizadas empapadas en suero. Las soluciones otológicas deben usarse solo si hay picor o secreciones. Nada de introducir en el pabellón auditivo rocambolescos remedios a base de aceites. Tampoco bastoncillos de algodón, que, además de ser muy molestos para ellos, ya han causado más de una perforación de tímpano. Los ojos del animal tampoco se limpian con manzanilla, ni fría ni caliente. Y da lo mismo lo que hayas oído al respecto, Susana Cacho lo explica así: “la manzanilla provoca enrojecimiento, alergias y molestias. No en todos los casos, claro, pero sí en muchos. Un ojo sucio se limpia con una gasa higiénica empapada en agua tibia; a lo sumo, con unas gotas de suero fisiológico. Nada más”. Dicho está.

Dientes. La dentadura humana es totalmente diferente a la animal. Ambas acumulan sarro, pero las consecuencias no son las mismas.

El uso de pasta dentífrica o pulverizador dental causan más molestias que beneficios

Ningún perro o gato necesita cepillarse los dientes a diario, pero sí alimentos que contribuyan a su higiene dental. En ThePets no recomendamos el uso de pastas dentífricas para animales, ni tampoco pulverizadores de higiene dental. Consideramos que su eficacia no justifica las molestias que causa, y que hay muy buenos productos comestibles para estos fines. Si aun así optas por el cepillado, un último apunte: compra un cepillo especial para tu mascota -las encías de perros y gatos son más delicadas que las nuestras- y úsalo solo una vez por semana. Es importante que lo cambies con frecuencia: las bacterias adoran hacer grandes fiestas justo en las cerdas que limpian los dientes.

RECUERDA QUE . . .

 

El exceso de vitaminas y minerales, calcio  o comida pone en peligro su salud. Nunca hay que dar complementos  sin recomendación veterinaria. Ni sobrealimentarlo.

 

El ejercicio es bueno y necesario, siempre se ajuste a sus características físicas. Obligarle a ir más allá de sus capacidades y resistencia podría provocar  lesiones.

 

Proporcionarle medicamentos o remedios de uso humano pone en peligro su vida.

 

La manicura no es para las mascotas. Ocasionalmente llegan al veterinario perros o gatos con las uñas pintadas. Estas prácticas, exclusivamente humanas, son tóxicas y resultan muy molestas a perros y gatos.

 

Tirarle palos para que los recoja es divertido para todos, pero no está exento de riesgos. Puede fracturar sus dientes o causarle lesiones.

Aparato digestivo. Dar a hurtadillas comida extra al animal no es síntoma de cariño. “A los amos nos cuesta comprender que estas prácticas desequilibran el aparato digestivo de nuestra mascota. Nos dejamos llevar por las emociones, y creemos que les demostramos más cariño con estas pillerías. Grave error. Solo logramos predisponer a la obesidad, maleducarlos y, en caso de que los extras sean comida humana, los riesgos se multiplican”, señala Susana Cacho. Moraleja: Si le quieres bien, no le sobrealimentes, tira los restos de tu comida a la basura, cierra bien la tapa y evita que merodee cerca de la mesa durante la comida familiar.

Bienestar emocional. Mens sana in corpore sano. También en perros y gatos. Si alguno de ellos crece sin poner freno a sus caprichos, disfrutando de largas siestas en el sofá, remoloneando en la cama de su amo, metiendo su hocico en sitios prohibidos… los problemas llegarán. Con los excesos, el animal crecerá creyéndose el rey del mambo, y cuando el dueño intente encauzarlo, no podrá, porque su mascota será incapaz de entender por qué no puede salirse con la suya.

En algunos casos, el pobre animal acabará desconcertado y como las maracas de Machín; en otros, con serios problemas de comportamiento y convivencia. Para meter en vereda a un adulto resabiado, hay que tener maña y paciencia.

Los cachorros sin límites, se convierten en adultos con problemas de comportamiento

El bienestar emocional también puede desmoronarse a causa del estrés. Y sus causas son tantas como perros existen: música muy alta, tráfico, aspiradora… si el animal muestra algunos de estos miedos es que algo no se está haciendo bien. Jamás te montes una fiesta de risas a costa de sus fobias.

Es triste que Susana Cacho asegure que “algunos amos no dudan en, por ejemplo, poner en marcha la batidora delante sus amigos para que todos vean la ‘cómica’ reacción del pobre animal. Me consta que en la mayoría de los casos no lo hacen con mala intención, pero el animal sufre. Él no se ríe. Hay que tomar conciencia de ello y saber que la sobreexposición al miedo produce estrés severo, y eso no es bueno”. Sus miedos irracionales pueden ser corregidos con buena técnica y cariño.

Juegas o maltratas. Los juegos con las mascotas no deben ser bruscos ni incluir gestos perjudiciales. Por ejemplo, un fuerte tirón de cola puede provocar daños muy graves. De hecho, es significativo el número de gatos con luxación vertebral provocada por un brusco tirón en su cola.

Los juegos bruscos no son para los cachorros, podrían salir lastimados

Las orejas también son delicadas. Y por alguna razón desconocida, los más pequeños de la casa adoran estrujarlas. El cartílago de las orejas de los cachorros es muy frágil, y si algún pequeño intenta encerrar en su puño la oreja de un perro de pocos meses, es muy probable que la lesione.

Nuestra veterinaria asesora nos recuerda que “los niños juegan con sus mascotas de tú a tú, sin valorar el alcance de sus diabluras. Es importante que los primeros juegos sean vigilados por un adulto que vaya corrigiendo actitudes peligrosas”.

Cuidar en exceso nuestras mascotas

 

 

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