Burmilla

Érase una vez un gato mitad Persa mitad Burmés

Burmilla

Un insólito romance entre un Persa Chinchilla y una Burmés lila dio como resultado los primeros ejemplares de Burmilla: cuatro cachorros de ojos verdes que tres años después ingresaron en la categoría de gatos elegantes. El estrellato esperaba a la vuelta de la esquina, pero la conspiración burocrática asomó el colmillo: en su país de origen –Inglaterra- aún la consideran una raza experimental, aunque la FIFe registró su estándar en 1994.

El Burmilla de un vistazo

 

Peso: Machos, 5-6,5Kg / Hembras, 3-5Kg.

Manto: corto y liso. Textura sedosa. El color se oscurece en las puntas (tipping)

Esperanza de vida: 10-15 años.

Temperamento: Cariñoso, astuto, alegre, juguetón y condescendiente con otros animales domésticos. Se lleva bien con los perros.

Precio: entre 600€ y 1.500€.

 

Más información: Club Felino de Madrid, Asociación Felina de Cataluña, Governing Council of the Cat Fancy, FIFe

Estamos en 1981. En Londres. La sombra del disturbio de Brixton asola la ciudad. Margaret Thatcher se enfrenta a una crisis sin precedentes y el país mira con recelo a su dama de hierro. Mientras Gran Bretaña tiembla, en la mansión de la baronesa von Kirchberg está a punto de ocurrir algo bello. Una hembra de Burmés Lila que responde al nombre de Fabergé (como el joyero ruso) está a dando a luz. Al poco, cuatro neonatos llegan al mundo.

LA HERENCIA DE PAPÁ Y MAMÁ

Son cachorros fuertes, de pelaje plateado y brillante, uniforme, salvo en las puntas, donde se oscurecen bastante (tipping). Aún no han abierto los ojos cuando papá Chinchilla, alias Jeman, siente curiosidad por los recién llegados. Los olfatea y, como buen Persa, se da la vuelta para alejarse con un sutil contoneo.

Sus hijos no heredarán esa aparente – y falsa- indiferencia. Serán más sutiles y zalameros, como su mamá oriental. Eso sí, el fuerte apego que sienten por sus amos es genética paterna pura. Lo mismo que la textura de su manto, aunque físicamente son más Burmés que Persa.

OJOS TALLADOS A MANO

BurmillaCuando los pequeños abrieron los ojos, cuenta la leyenda que la baronesa dio gracias a Febergé -el joyero de los zares- por tallar los ojos de los recién nacidos. La leyenda no explica cómo demonios lo hizo, pero hay quien afirma que las artes post mortem del insigne ruso (que falleció años antes del nacimiento de los cachorros) tienen que ver con Rasputín, el místico que la tomó con la dinastía Romanov. Pero eso ya es otra historia…

¿Por qué Burmilla? porque es una combinación de mamá burmés y papá chinchilla

Muchos expertos afirman que los ojos verdes (nunca azules) del Burmilla son los más impactantes de la especie. Esto es así no solo por la limpieza y originalidad de su color. Si nos fijamos bien en ellos, veremos que los párpados están delineados por una sombra negra que aumenta considerablemente la profundidad de su mirada.

Esta característica, al igual que la belleza – y el efecto tipping – del pelo, es visible nada más nacer. Puede que la baronesa exagerara un poco dando las gracias por su diseño al insigne joyero ruso, pero es de ley reconocer que los ojos del Burmilla pueden dejar boquiabierto a cualquiera. Solo tienen un pero: con los años, el color va perdiendo brillo y tono, incluso puede amarillear. Pero no importa, lo que este gato pierde en belleza lo gana en afectividad, no hay felino más apegado a su familia que un viejo Burmilla de ojos apagados, aunque hermosos.

CORONADOS POR UNA M EN LA FRENTE

Los primeros neonatos de Burmés no eran rechonchos como los Persas ni sinuosos como las razas orientales. No tenían el pelo largo, pero tampoco corto. Su cuerpo era –y es- robusto y musculoso, con la cabeza bien redonda y la mandíbula prominente. Pero lo más llamativo era que esos diminutos ejemplares ya lucían una mancha en forma de M sobre la frente, un signo emblemático del Burmilla, raza que mezcla lo mejor de dos estirpes muy distintas: Persa y Burmés.

Es una raza perfecta para vivir en familia

AÚN ES UNA RAZA EXPERIMENTAL

Apenas han transcurrido unas décadas desde aquellos primeros ejemplares. De hecho, aunque en 1984 logró la aceptación del GCCF y se creó el primer Burmilla Cat Club, la raza aún no ha sido reconocida en Inglaterra, donde aún la consideran de clase experimental. Tampoco está reconocida en EEUU. Eso sí, la FIFe (Federación Internacional Felina) aceptó su estándar en 1994. Y la TICA ® (International Cat Association®) la reconoce como Advanced new breed.

A PESAR DE SU ORIGEN BRITÁNICO, ESTÁ CATALOGADA COMO RAZA ASIÁTICA

UN TIPO DISTINGUIDO, PERO SIN TONTERÍAS

En realidad, el Burmilla es una raza bastante selecta. No hay muchos ejemplares disponibles y su precio puede alcanzar cifras muy elevadas. Su carácter es dócil y muy equilibrado. Eso sí, tiene una irrefrenable tendencia a trepar por las alturas y un gusto excesivo por las copas de los árboles. Cosas de gatos…

Es un tipo robusto con buena genética. No existen enfermedades propias de la raza, salvo cierta tendencia a engordar y predisposición a las alergias. En general, es bastante saludable. Podemos esperar que viva en buenas condiciones hasta los 13 años, o más. Los cuidados son muy básicos: buena alimentación, un cepillado cada dos o tres días, mimos en abundancia y un veterinario cariñoso y con buen ojo clínico.

 

¿No conocías esta raza? Estos artículos y muchos otros los podrás encontrar en The Pets. Imágenes: Pixabay & Pexels

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