El Dóberman no es un perro peligroso, pero tiene carácter, valentía y unos colmillos importantes. Esto no debería ser un problema, salvo que planees algún acto malintencionado cerca de este perro maravilloso. Aclarado el asunto, me presento: soy Asunta Bravo, fan de Thepets.es, y si quieres saber cómo es tener un Dóberman, dame cinco minutos, el tiempo necesario para leer mi trabajo.
La primera vez que me pregunté cómo es tener un Dóberman tendría unos trece años. Fue en Thames, una de las avenidas más cool de Buenos Aires (Argentina), donde el acento porteño se fusiona con el parloteo febril de turistas adinerados, bohemios errantes y gente de buen comer y mejor beber.
Yo iba de acá para allá pidiendo monedas. Era una mendiga improvisada por la necesidad familiar. Cambiaba gestos y miradas con gentes que parecían felices. Rara vez me daban un peso y una sonrisa, pero me bastaba con lo primero.
¿DÓBERMAN O ÁNGEL GUARDIÁN?
De pronto me fijé en un perro que brillaba. El animal miraba embobado las carcajadas de su dueña, una mina guapísima y despreocupada. De repente el perro dio un salto y la mujer se sobresaltó. El animal fijó sus ojos en una pareja de hombres oscuros y comenzó a gruñir en tono bajo, pero amenazador, aunque no tanto como sus colmillos. Ella lo mandó callar, él obedeció, pero no bajó la guardia hasta que esos hombres oscuros desaparecieron de su vista.
A la mañana siguiente, los vecinos de Villa Lugano —mi barrio— coreaban la agresión a una conocida modelo extranjera. Supe de inmediato quiénes eran los sujetos que la atacaron. Quedé sobrecogida, pero también fascinada. Volví a Thames con la esperanza de encontrar al mágico perro brillante y a su afortunada dueña. No pudo ser, pero ese perro se quedó grabado a fuego en mi memoria infantil.
… Y QUISE SABER CÓMO ES UN DÓBERMAN
Años más tarde descubrí una revista muy linda. Era antigua, pero preciosa. La portada mostraba un perro imponente, bellísimo y luminoso: era el mismo que aún brillaba en mi memoria. Me fije en que había algo de egipcio —o aristócrata— en su físico y pensé que ese hocico puntiagudo bien podría ser la versión canina de la nariz de Cleopatra. Aún no sabía que su origen estaba en Alemania.
Por aquella época trabajaba de becaría en el diario La Nación. Les propuse hacer un reportaje para explicar cómo es tener un Dóberman. Quería investigar a fondo la raza, pero me tomaron a guasa. “¿Ya te hiciste cheta, Asunta? Que grasa…”, me contestaron. Y comencé a investigar por mi cuenta.
Este reportaje es el resultado de muchos años de trabajo, los suficientes para afirma que vivir con un Dóberman es un regalo exquisito que no puede caer en manos zafias. Y si alguien discrepa, se equivoca.
AL SR. DÓBERMAN LA MEZCLA SE LE FUE DE MADRE
La raza debe su nombre a un tal Friedrich Louis Dóberman. No voy a detenerme en contar una historia que cualquiera puede leer en Wikipedia. Me basta con matizar que el señor Dóberman nunca quiso crear un perro agresivo. Su idea era otra, pero las mezclas de sangre se le fueron de madre. Al punto de que los primeros ejemplares son dignos contemporáneos de Jack, el flemático destripador que hizo carrera allá por 1888.
DESDE QUE EL SEÑOR DÓBERMAN CREO LA RAZA ALLÁ POR EL XIX HAN CAMBIADO MUCHO LAS COSAS: NO TE CREAS TODO LO QUE CUENTAN DE ÉL
La buena noticia es que aquellos especímenes ya no existen. Sus descendientes han evolucionado en una raza maravillosa, equilibrada, decidida. El Dóberman de hoy día es un perro sumiso, afectuoso, de una indefectible adhesión y siervo de un solo amo. Si hay un paradigma de cómo la cría selectiva y el cuidado atento pueden trasformar una raza imperfecta en una de las mejores, este perro de origen alemán y pasado imperfecto es el mejor ejemplo.
¿CÓMO ES UN DOBERMAN? IGUAL QUE SU AMO
Una de las características más llamativas del Dóberman es su capacidad para mimetizar la personalidad del amo. En el reportaje por sus mascotas les conoceréis, la psicóloga madrileña María Valdivia explica que “muchos científicos sienten fascinación por establecer correlación entre la personalidad del dueño y su mascota, pero lo natural es que los perros se parezcan a sus amos”. Yo añado que en el caso concreto del Doberman es el modo de ser del amo quien define y moldea al perro. El poder del dueño sobre esta raza es absoluto.
El criador Valerio Rodriguez cree que esta característica se debe a su sensibilidad: “la conexión emocional del Dóberman con su amo es brutal. Se trata de un animal increíblemente empático y sensible a las emociones. Este vínculo, unido a su gran capacidad de aprendizaje y adaptación, podrían explicar por qué la personalidad del amo define la de este perro mucho más que en cualquier otra raza”.
PÍDELE LO QUE NECESITES Y LO HARÁ CON GUSTO
Entre las muchas entrevistas que he realizado para conocer a fondo la raza, recuerdo la de una mujer —Doña Luisa— que cuidaba de su marido enfermo. No era especialmente culta, pero sí muy inteligente. Supo enseñar a su perro labores de asistencia, y me explicó que acompañaba y vigilaba a su marido mejor que muchos seres humanos.
No alcancé a entenderla hasta que un inmenso Dóberman de más de 45kg se acercó al enfermo, comprobó que dormía, le tapó los pies con una delicadeza sobrecogedora, apagó la luz y nos indicó con un par de golpes de hocico que continuáramos la charla fuera de la habitación.
Salimos en silencio, pero él permaneció, como cada noche, a los pies de señor D. Paco. Un par de años más tarde, Doña Luisa me contó que cierto día “El Chuncho me despertó, pero los sanitarios llegaron tarde. Ahora nos tenemos el uno al otro. Nos cuidamos mucho, muchísimo”.
La lealtad incondicional de los perros con sus amos —no solo del Dóberman— es un regalo del cielo. El consuelo, la compañía y el apoyo emocional que estos animales brindan a sus compañeros humanos, especialmente en momentos de soledad y tristeza, no está suficientemente reconocida por el hombre. En el caso del Dóberman es especialmente cruel, porque su pasado imperfecto está en el imaginario popular. Y familias de todo el mundo rechazan la raza por considerarla poco apta. ¡Crassus errare!
CONVIVIR CON DÓBERMAN ES SABERSE PROTEGIDO
“SI LOS MIMAS DEMASIADO SE VUELVEN ESTÚPIDOS O IMPERTINENTES, PERO LA CULPA ES DEL EDUCADOR, NO DEL PERRO”
El criador argentino Andrés Sosa explica que con los Dóberman sucede lo mismo que con los niños: “Si los mimas demasiado se vuelven estúpidos o impertinentes, pero la culpa es del educador, no del perro. Tener un Doberman —continúa Sosa— exige dedicación, sentido común y firmeza. Esta raza te obliga a ser un auténtico amo: exige unidad con el dueño. A cambio ofrece una lealtad que muy pocas razas igualan”, concluye el experto.
Esto es cierto al punto de que resulta muy peligroso acercase con malas intenciones al hogar o a la familia de un Dóberman. No me gustaría estar en la piel de alguien que maquina algún acto malintencionado cerca de este perro maravilloso. Me bastó ver su perspicacia, y sus colmillos, cuando mendigaba por Buenos Aires. Hoy sé que si aquella pareja de hombres oscuros hubiera ejecutado sus malas ideas, no habrían salido vivos de Thames. “Convivir con un Dóberman es saberse protegido, esta raza solo teme una cosa: que alguien dañe a los suyos”, apostilla Sosa.
HE AQUÍ UN PERRO FAMILAR EXCELENTE
¿CÓMO ES TENER UN DÓBERMAN EN LA FAMILIA?: ¡MARAVILLOSO!
Convivir con esta raza en familia es un regalo. En manos de un dueño responsable, el Dóberman será dócil, atento e incluso infantil. La experiencia demuestra que se trata de una raza especialmente cariñosa con los niños. Nos lo cuenta María Olmos:
“Cuando adoptamos a Valoo mi hijo pequeño acababa de nacer. La decisión estuvo forzada por las súplicas de mi marido y el resto de mis hijos. Ahora —dos años después— no puedo decir que esté loca de contenta: Valoo necesita mucho ejercicio, es enorme, come como una lima y ladra a todos los perros que encuentra, pero la dulzura y la paciencia que muestra con mis hijos supera cualquier expectativa. Valoo es un regalo maravillo para mis hijos, y sé que su infancia bien lo merece”.
ELEGIR (CON CRITERIO) AL MEJOR CACHORRO
El criador argentino Andrés Sosa explica que “los cachorros de Dóberman no deben dar muestras de nerviosismo, cobardía o agresividad”. Lo aconsejable es someterlos a unas sencillas pruebas de carácter, a ser posible supervisadas por un adiestrador o un criador de confianza. Existen fórmulas que permiten identificar los ejemplares mejor dotados y elegir así al mejor cachorro de la camada. “El test de Campbell, por ejemplo, consta de cinco pruebas cuya fiabilidad está fuera de toda duda”, asegura el criador argentino.
Los amos deben tener muy presente que el encantador cachorro que van a meter en casa necesita un adiestramiento sólido. No es un perro para personas cómodas, nerviosas o débiles de carácter. “Es importante frenar desde pequeño sus ganas de ladrar y su tendencia a cazar furtivamente”, aconseja Sosa. ¿Cómo? Poniendo límites desde el primer instante en que entra el cachorro en casa.
¿OTROS PERROS JUNTO A ÉL? MEJOR NO
Las relaciones que mantiene con el resto de los perros son entre malas y muy malas. No le gustan sus congéneres, y puede mostrarse muy impertinente si le molestan. “Solo lo admitirá si desde muy pequeño le acostumbran a convivir con otras razas o mascotas, pero que nadie espere que lo acepte de buen grado”, advierte Andrés Sosa.
CON LAS PERSONAS EXTRAÑAS ES RESERVADO, SUSPICAZ, PERO EN ABSOLUTO VIOLENTO O AGRESIVO
Con las personas extrañas es reservado, suspicaz, pero en absoluto violento. Mantiene las distancias, observa de lejos y ofrece poca confianza. Se toma su tiempo. Es un tipo listo y equilibrado, con las ideas muy centradas.
Existe una leyenda que asegura que, llegados a cierta edad, se vuelven locos porque su cráneo es incapaz de albergar debidamente su cerebro. Susana Cacho, veterinaria asesora de Thepets.es, asegura que “es una soberana tontería, lo mismo que los mitos relacionados con su mal olfato o defectuosa visión nocturna”.
SALUD Y BELLEZA
ES UN PERRO SANO, CON UNA ESPERANZA DE VIDA SUPERIOR A LOS DIEZ AÑOS
Rn términos generales, es una raza saludable. Tiene cierta tendencia a padecer problemas de piel, en concreto, seborreas secas. “Existe cosmética específica para prevenir este problema, aunque una alimentación rica en ácidos grasos omega 3 suele ser suficiente para prevenir su aparición”, explica la veterinaria asesora de Thepets.es. “Algunas líneas —continúa— son propensas a sufrir problemas del músculo cardiaco, de coagulación y ciertos los trastornos cervicales, pero eso se controla en las revisiones anuales”.
Sus necesidades más importantes son afectivas No soporta la indiferencia, los cambios de dueño ni la soledad. El ejercicio diario es también prioridad: no menos de tres paseos diarios a buen ritmo, en espera de un fin de semana activo y en familia, por supuesto. Para más información: Asociación Española de Amigos del Doberman.
