Los gatos tienen un paladar delicado. Si la textura o el olor de la comida no es de su gusto, se marcharán a la francesa ¿Puede consentirse? Depende. Podrían convertirse en gourmet mal alimentados. La dieta debe ser de su agrado, pero también aportar un buen equilibro. Y -le duela a quien le duela- no todas están a la altura. Te contamos qué nutrientes no pueden faltar y por qué.
PROTEÍNA EN ABUNDANCIA
Son carnívoros estrictos: No pueden vivir sin carne. ¿Verduras? Eso nunca
La proteína debe representar entre el 25% y 30% de la dieta, y proceder en su mayoría de la carne. Ningún gato puede prescindir de la carne. Esta necesidad propia de los felinos no excluye al resto de las fuentes proteicas. Al contrario, una buena dieta las incluirá en su justa proporción. Entre un 10% y un 15% del total antes indicado debería provenir de huevos, pescados, quesos o leche. ¿Y por qué necesitan tanta proteína? Porque el metabolismo felino es uno de los más rápidos, y eso cuesta lo suyo, nutricionalmente hablando.
ÁCIDOS GRASOS EN SU JUSTA PROPORCIÓN
Su carencia se traduce, sobre todo, en lesiones de piel y pérdida de pelo. Sin embargo, ninguno de estos motivos justifica que el amo se lance a una dieta rica en ácidos grasos. Todo extra de este nutriente debe ser recomendado por el veterinario… no vaya a ser que nos excedamos y al pobre animal le surja una seborrea de cuidado. Su ingesta de ácidos grasos (omega 3 y 6), en cifras, no debe superar el 10% del global, salvo que el veterinario considere aportes extra por razones varias. Toca repasar los valores de su dieta y confirmar que son correctos.
CARBOHIDRATOS BAJO CONTROL
Las proteínas y las grasas ya cubren una gran parte de sus necesidades energéticas. Por eso, los carbohidratos (almidón y fibra) no deberían superar el 20% de la dieta. En casos concretos de mucho desgaste se puede llegar hasta el 25%. El exceso conduce a la obesidad y la carencia provoca cansancio y pérdida de peso.
¿PROBIÓTICOS Y PREBIÓTICOS? MEJOR NO
Desde hace unos años podemos encontrar alimentos prebióticos para gatos, que contienen fundamentalmente fibras solubles, cuya misión es fomentar el crecimiento de bacterias saludables para intestino. En The Pets no somos partidarios de estos compuestos, salvo que el gato sufra problemas intestinales y el veterinario lo recomiende. Los probióticos, que aportan fibras indisolubles que animan la actividad intestinal, entre otras cosas, tampoco deben ser consumidos como dieta habitual por gatos sanos.
LA TAURINA NO PUEDE FALTAR JAMÁS
Es un aminoácido indispensable para el organismo felino. Está presente en la carne, el pescado y la leche. Su carencia produce alteraciones del sistema nervioso, de la columna vertebral y del corazón. También puede provocar ceguera y degeneración de la retina. Los fabricantes de comida para gatos, conscientes de esta necesidad, han aumentado las proporciones de taurina por ración, y ya es difícil encontrar dietas que no proporciones los aproximadamente 500 mg diarios que necesitan. Pero no está de más comprobarlo. Y si descubres que la cantidad de taurina que consume es superior a la indicada, que no cunda el pánico: el exceso se expulsa con la orina.
¿MINERALES? EN SU JUSTA PROPORCIÓN
¿Raspas de pescado? Jamás. Pueden producirle heridas en la boca o en el esófago.
Tanto el exceso como el defecto de minerales se convertirá en una tragedia: en ambos casos surgirán problemas óseos y, en casos extremos, fallo cardiaco y convulsiones. Sólo los alimentos completos y de buena calidad aportan cantidades equilibradas de sodio, calcio, fósforo, hierro…, cuya proporción conjunta no deberá superar el 0,7% del total.
¿VITAMINAS? EN PEQUEÑA CANTIDAD
No se sabe si resulta más perjudicial el exceso que el defecto. Son necesarias para la vista, la piel, el crecimiento e incluso para la una correcta coagulación sanguínea. Pero una sobredosis vitamínica puede llegar a ser toxica, y más dañina que su carencia. Conclusión: nunca optes por suplementos sin prescripción veterinaria. Da igual que la publicidad venda dietas, galletas o cápsulas ricas en vitaminas prometiendo una larga y feliz vida al felino. No los necesita, puedes creernos.
LA COMIDA A TEMPERATURA AMBIENTE, POR FAVOR
Comen y beben durante todo el día y la noche, en pequeñas cantidades. No son unos maleducados; es su naturaleza.
La comida húmeda resulta especialmente atractiva al paladar de los gatos. Tanto su olor como su textura ganan si se sirve a temperatura ambiente. Algunos gatos rechazan el alimento si consideran que está demasiado frío o caliente. No es un capricho. La naturaleza los ha creado así. Si el gato no consume la lata completa, coloca el sobrante en un recipiente que no sea de aluminio, cúbrelo con film transparente y conserva en frío un máximo de 24 h. Los gatos son hipersensibles a las más ligeras pérdidas de calidad gustativa.
¿CAMBIO DE DIETA? PACIENCIA
Los gatos ya destetados no deberían tomar leche. Podría ser causa de importantes diarreas.
Cambiar la alimentación del gato puede ser un proceso tedioso. Si se trata de un gourmet de diente fino es posible que no acepte cambio alguno, salvo que sea para mejor. Es decir, que le resulte más sabrosa. A grandes rasgos, habrá que armarse de paciencia, mezclar la dieta habitual con pequeñas cantidades de alimento nuevo e ir aumentado la proporción hasta finalizar el cambio. Pasar de una dieta seca a otra húmeda es relativamente fácil. A la inversa, lo contrario; y no es un juego de palabras.