Mentiras y verdades sobre el comportamiento felino

Mentiras y verdades sobre el comportamiento de los gatos

Los gatos son animales de comportamiento misterioso. En ocasiones ni el propio dueño los entiende, y mucho menos los extraños. Por eso, la imaginería popular ha atribuido explicaciones erróneas a muchas de sus costumbres. Hemos consultado a varios etólogos para saber si hay algo de cierto en las creencias más extendidas.

 

Mentiras y verdades sobre el comportamiento de los gatos

PREFIEREN EL VAGABUNDEO AL CALOR DE SU HOGARfalso

Al gato le encanta investigar los alrededores de su casa, conocer a sus colegas de barrio y salir a cortejar… pero siempre vuelve. Es un animal territorial que no abandona nunca su hogar. El hogar representa, además de su ámbito conocido, comida, refugio y cariño. En épocas de celo puede llegar a pasar un par de días fuera de casa. Es su instinto. Si no vuelve, es posible que se haya perdido. Son animales muy intuitivos que no se pierden con facilidad, pero podría ocurrir. En épocas de celo se han dado casos de peleas entre machos que han quedado malheridos y no han encontrado fuerzas para regresar. Una vez más, la importancia del microchip se hace evidente.

 

Mentiras y verdades sobre el comportamiento de los gatos

SON ANIMALES EXTREMADAMENTE LIMPIOS

¿Sabías que el gato emplea una media de entre cinco y diez minutos diarios en limpiar su cuerpo con la lengua? Este ritual imita al aseo que recibió de su madre durante sus primeros días, al punto de que es frecuente que dos gatos se laman entre sí con el único objeto de lavarse el uno al otro. Pero aún hay más: pasar la lengua por su cuerpo les ayuda a regular la temperatura corporal y a liberar estrés. Cuando algún gato olvida su higiene diaria y muestra un aspecto desaliñado, solo hay una razón: está enfermo o muy débil. Y es motivo suficiente para acudir al veterinario.

 

TIENDEN A SER AGRESIVOS Y PENDENCIEROS

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Cualquier gato que se sienta amenazado intentará defenderse, igual que hacen los perros, los patos, las avispas y el propio hombre. Y lo hará enseñando sus uñas y sus dientes. Dicho esto, es rarísimo que un gato se atreva a atacar a un hombre. A lo sumo, le bufará amenazante, cuando lo cierto y verdad es que está muerto de miedo y solo quiere salir corriendo. Entre gatos, sí se dan peleas callejeras, generalmente por ganarse los favores de una hembra en época de celo. No obstante, conviene señalar que las peleas gatunas son, generalmente, meros actos teatrales: mucho bufido amenazante pero poca acción. ¿Sabes por qué? Porque no son animales agresivos. Se tienen que enfrentar dos buenos matones para que la sangre llegue al río.

 

Mentiras y verdades sobre el comportamiento de los gatos

SON COMO LA BELLA DURMIENTE: SU SUEÑO NO TIENE FIN

Así es, los gatos se pasan la mayor parte del tiempo entre sueño y bostezos. Por lo general, duermen más de 16 horas diarias. La mañana y el atardecer son sus momentos más activos, el resto del día trascurre entre letargo y modorra. La noche también le espabila su instinto cazador -ojo a los ratones- y el deseo de salir de conquista.

 

NO MARCAN CON ORINA SU TERRITORIO

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No solo utilizan su orina para marcar su territorio, también restriegan su cuerpo contra objetos con el mismo fin. Pero ¡ojo!, son pequeñas rociadas, no vaciados de vejiga: esta operación la realiza en cuclillas, en el margen de su bandeja higiénica, o en el exterior de los muros de su casa. Cuando lo que quiere es marcar un objeto, la técnica varía: se coloca de espaldas al objeto, pone tiesa su cola, mueve las patas traseras y emite un pequeño chorro de orina. Estas descargas contienen unas sustancias químicas -feromonas- que mandan mensajes disuasorios a los colegas que osen invadir su territorio.

Mentiras y verdades sobre el comportamiento de los gatos

LOS GATOS TIENEN SIETE VIDAS

O casi verdadero. La flexibilidad de su estructura corporal y la facilidad para colocar su cuerpo en una postura que amortigua las caídas han salvado a más de un felino de la muerte. Además, todas las razas, no solo las callejeras, tienen un instinto único para detectar el peligro y una capacidad asombrosa para zafarse de sus enemigos. Por si esto fuera poco, sabe calcular bien las distancias con sus potenciales agresores y poner los pies en polvorosa a la velocidad del rayo. Puede que siete vidas no tengan, pero nadie puede negar que saben cómo esquivar a la muerte.

 

TEMEN Y ODIAN EL AGUA A PARTES IGUALES

No hay una explicación científica, así que todo lo que hayas oído son meras conjeturas. Algunos expertos en comportamiento animal, como Katherine Houpt, de la Universidad de Veterinaria de Cornell (EEUU), cree que su aversión al agua se debe a que ninguno de sus ancestros ha tenido relación directa con ella. Jack Grisham, gerente del zoo de St. Louis (EEUU), opina lo mismo y añade que ninguno de sus depredadores o presas se hallan en el medio acuático. Es cierto, pero tampoco podemos obviar al gato pescador, oriundo de los pantanos asiáticos, que sabe acariciar la superficie del agua con su pata en busca de presas acuáticas.

 

Imágenes: Pixabay

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