Parásitos, bacterias, virus y gérmenes rocambolescos habitan en la boca y el hocico de tu perro. Sus lametones pueden ser un peligro para niños, ancianos y personas con el sistema inmunológico chungo. Lee con atención: sus besos pueden matar. Y no es una leyenda urbana. Existen razones de peso para evitar los lengüetazos
La desparasitación no es equiparable a la vacunación. Todos los perros son vulnerables a contraer parásitos y trasmitirlos a su familia
¿ Por qué hay que evitar los lengüetazos? Respondemos con otra pregunta: ¿qué hace tu perro cuando sale de paseo? Olfatear el trasero de sus colegas, meter la nariz en heces, basuras, sucias esquinas… ¿Qué imaginas que hay ahí? Un cóctel molotov. Hongos, bacterias indecentes y especímenes de mal vivir montan fiestas surrealistas ahí mismo, precisamente donde tu perro husmea con fruición. ¿Y sabes qué? Muchos de esos seres vivos se suben a su hocico o se cuelan en su boca, como un chaval sin blanca en el metro. ¿Su próxima parada? La alfombra de tu casa, la escudilla, la piel de su amo… Y evitar los lengüetazos impedirá que te contagies de la mayoría de las enfermedades que trasmiten los perros por la saliva.
La saliva NO es inocua
Generalmente, nuestro sistema inmunológico -y una buena higiene- frenan las malas intenciones de los microorganismos que sí pueden dañar al ser humano (zoonosis). Ángela Villanueva, veterinaria asesora de Thepets.es, explica que “aunque la inmensa mayoría de los males caninos no se trasmiten al hombre, las enfermedades que trasmiten los perros por la saliva no son para tomarlas a broma».
Algunos parásitos caninos, como la toxocara, pueden afectar a los sistemas pulmonar y neurológico en el hombre
Pongamos algunos ejemplos. Una joven perdió sus manos y sus piernas tras infectarse de capnocytophaga canimorsus cuando su cachorro le lamió una herida abierta. La infección se extendió generando una sepsis fatal. Puedes leer la noticia de la CNN aquí. El British Medical Journal Case Reports también se hizo eco de la infección casi mortal de una mujer por los lametones que recibió de su perro. Y otro caso más, la European Journal of Case Reports in Internal Medicine recogió la muerte de un hombre de 63 años después de recibir un lametón de su perro. ¿Diagnóstico? Infección causada por la bacteria Capnocytophaga canimorsus. Estos son ejemplos extremos de cómo pueden evolucionar las enfermedades que trasmiten los perros por la saliva. Pero no son lo habitual.
Alarma no, prudencia sí
Ángela Villanueva, que ha estudiado estos y otros casos más, llama a la calma. “Es del todo insólito que la bacteria Capnocytophaga cause un estropicio tan grande en el organismo humano. Posiblemente, todos los casos mencionados son de personas con el sistema inmunológico deteriorado. Y estoy casi segura, también, de que la vía de entrada fue una herida abierta. De lo contrario, no es posible que la infección causara una sepsis fatal”.
Este dato debería tranquilizarnos, pero también ponernos en alerta sobre las heridas infantiles y los perros. “En efecto –advierte Villanueba-, los niños que conviven con perros no deberían tener sus heridas al aire. No se trata de convertirlos en momias, solo de aumentar la precaución; sin obsesiones. Protegerse de las enfermedades que trasmiten los perros por la saliva es importante, pero sin caer en paranoias», aconseja la veterinaria.
Sus lengüetazos no son besos
¿Por qué nos lamen los perros? J.L Verdejo, etólogo, explica que no hay una sola razón. “La lengua les ayuda a estar al tanto del mundo que les rodea. Chupan las cosas para conocerlas. Los lametones pueden ser una invitación al juego, pero también podría significar que hay un resto de salsa de tomate en la piel…”
Te costará creerlo, puede que incluso te duela, pero sus lengüetazos no son besos
Muchos amos creen que sus lengüetazos son besos… “Se equivocan –asegura Verdejo-. Lo que ocurre es que los dueños relacionan los lametones con muestras de cariño, y reaccionan como si en efecto lo fueran. De este modo, el perro aprende que sus lengüetazos tienen una reacción positiva en su amo y tiende a repetir el acto”. ¿Lo hace por condicionamiento? “Podría decirse que sí. Ha aprendido que nos gusta y a él le encanta darnos gusto”, señala el etólogo. Y ese es un gran problema, porque la saliva, junto a las heces, son las principales vías de contagio al hombre.
Villanueva asegura que la mejor protección es vacunar y desparasitar al animal. “Un animal protegido es un seguro para su familia”, señala. También nos recuerda la necesidad de mantener unas buenas medidas higiénicas. “Lavarse las manos, evitar los lengüetazos en boca, nariz u ojos, y proteger de lametones a niños, ancianos y enfermos”. De acuerdo, pero, aún así, ¿hay peligro de contagio? “Sí, lo hay”, advierte la veterinaria. Veamos algunos de los riesgos más frecuentes.
Parásitos intestinales
Todos los perros (y los amos) son vulnerables
El perro calma el picor y las molestias que las lombrices le producen en la zona anal a lametón limpio (o sucio). Esto significa que la boca del animal podría estar infectada. Es fácil imaginar qué sucede si esa misma lengua se posa sobre la piel del amo, o de sus hijos…
Si crees que la desparasitación elimina el riesgo, te equivocas. “La medicación actúa sobre los parásitos que pueda tener el perro en ese momento, no sobre los futuros”, explica Villanueva. Esto significa que un perro recién desparasitado puede contagiarse si, por ejemplo, olfatea el trasero de un colega con lombrices, mete el hocico en heces contaminadas o ingiere agua infectada.
Villanueva advierte, sobre todo, del peligro de dejarle beber en aguas sospechosas. “La giardia, que es el parásito interno más habitual en los perros, vive muy a gusto en orillas pantanosas, charcos, fuentes públicas… Muchos perros son asintomáticos, otros desarrollan diarreas y problemas intestinales. ¿Se contagia fácilmente al hombre? Sí. Los síntomas son dolor estomacal, diarrea y náuseas. Se trata con antibióticos».
La Toxocara canis es también un parásito peligroso. En el hombre puede causar neumonía, e incluso ceguera. ¿En los perros? “Si la infección es leve serán asintomáticos. Los casos más graves afectan a riñones, hígado, pulmones y ojos”, aclara Villanueva.
Capnocytophaga
Ellos son asintomáticos
Es la más vieja inquilina de la cavidad bucal de los perros. Vive en sus encías sin causar molestia alguna. Sin embargo, cuando se introduce en el cuerpo humano las cosas pueden cambiar. Un sistema inmunológico fuerte poco o nada tiene que temer, pero si se cuela en un organismo vulnerable, mal asunto, sobre todo si la infección entra por fosas nasales, boca, ojos o herida abierta.
Villanueva nos recuerda que “aunque es excepcional que esta bacteria cause septicemia, puede ocurrir. Si se produce una mordedura o el perro lame una herida abierta, hay que tomar precauciones”. ¿Cuáles? Además de consultar con el médico de cabecera, acudir a urgencias si aparece dolor de espalda, náuseas, fiebre o malestar.
E. coli.
Un mal bicho
Esta bacteria vive en los intestinos de personas y animales sanos. Y solo algunas cepas causan problemas. Las vías de contagio para el perro se reducen a tres: consumo de heces, agua o carne contaminada.
Las E.coli pueden pasar fácilmente a la boca del animal, y de ahí al dueño. El proceso es simple: un lametón en la mano, un despiste de higiene, una galleta aciaga… y caída en batalla. Los perros con E.coli pueden desarrollar una infección del trato urinario, no sin antes haber sufrido episodios de diarrea. Los síntomas en los seres humanos contagiados van desde leves molestias a serios trastornos gastrointestinales. Una vez más, el sistema inmunológico del infectado tiene la última palabra.
Salmonella
Cuidado con las dietas Barff
Basta un leve contacto con la saliva o las heces del animal afectado para que nos contagien. Ellos la contraen a través de la alimentación en crudo o por contacto con otros colegas.
Los síntomas en el perro son los típicos de una gastroenteritis vírica. Reforzar las medidas de higiene si el animal consume dietas Barf. En el hombre puede llegar a ser grave.
Pasteurella multocida
Ataca la piel
Son organismos bacterianos que viven de modo natural en la boca de los perros. Pueden causar infecciones cutáneas en los niños, cuyo sistema inmunológico aún está en desarrollo. También en enfermos y ancianos. La piel se inflama, enrojece y desprender calor. Buen pronóstico. Generalmente se prescribe amoxicilina oral.
Clostridium perfringens
En exceso, malo
Este bacilo campa a sus anchas por el intestino de los perros. Pero cuando el animal consume alimentos contaminados con altos porcentajes de Clostridium, la lían parda, y los vómitos y las diarreas no tardarán en llegar. Si no remite en una semana, deberá ser tratado con Amoxicilina o Tilosina.
El hombre se contagia por las vías acostumbradas: saliva o heces. ¿Síntomas? Cuadro agudo de diarreas y cólicos abdominales. El tratamiento es sintomático.
⚠️ 10 medidas que son
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Gracias! Muy útil 🧏♀️
Guay!!!! Qué bueno saberlo, gracias