No está enfadado. La naturaleza (y la cría selectiva) le han hecho así. Tras la dureza de su rostro habita un tipo cálido, muy amante de los suyos y protector hasta el extremo. Así es el Bulldog Inglés. Un perro que pocos se pueden permitir

El Bulldog Inglés de un vistazo

 

Peso: Unos 25 kg.
Alzada: Entre 30 y 40 cm.
Temperamento: Tranquilo, muy afectuoso y algo desobediente. Su relación con los niños es inmejorable. Con sus colegas se muestra dominante, pero no agresivo. Instinto natural de guarda y defensa.

Precio: más de 1.500 euros
No olvides que: necesita una educación temprana y coherente. No es apto para amos primerizos. Cómpralo solo en criadores y centro de solvencia acreditada.

 

Más información: Club Español del Bulldog Inglés (CEBI), European Bulldog Club (de KCM y ACCAM), Bulldog Club De España C&R

El aspecto del Bulldog Inglés intimida. Sin embargo, quienes lo conocen bien afirman que bajo esa ruda mole de músculos se esconde un corazón de oro. Como buen inglés, es testarudo, flemático y algo impredecible. Pero antes de que alguien nos acuse de anglofobia, añadimos que también tiene autocontrol y una inteligencia muy fina.

No tan fiero como lo pintan 

¿Estamos entonces ante un animal potencialmente peligroso? Adriana Vargas, que conoce la raza desde hace más de dos décadas, sacude la cabeza en un claro gesto de negación antes de explicar qué esconde en verdad el carácter del Bulldog Inglés.

“Para entenderlo, hay que echar un vistazo a sus orígenes. La raza se creó para librar combates con los toros. ¡Esos primeros criadores eran unos bárbaros! –apostilla la experta- Buscaban un animal cruel y despiadado, listo para hincar los colmillos y hacer pedazos a cualquiera. Cuando esta atrocidad fue prohibida –continua Vargas-, el Bulldog Inglés colgó los guantes. ¿Y sabes qué sucedió? –pregunta retóricamente Vargas-. Que en pocos años se convirtió en un perro más dulce y equilibrado que la mayoría de las razas de guarda y defensa”.

Bulldog inglésEl buen guardián

¿Perdió su agresividad? “No –contesta Adriana-. Aprendió a canalizarla. Hoy día un auténtico Bulldog Inglés tiene los nervios y el corazón templados. No es fácil que actúe por impulso, salvo que tenga que defender a los suyos. En este caso no habrá piedad para el agresor”, advierte la experta.

Aunque su ideal de vida es comer y dormir, hay que obligarle a pasear, al menos, dos veces al día

Para que nos entendamos: el Buldog Inglés lleva el instinto de guarda y defensa en la sangre. Por sus venas corre más fidelidad y gallardía que en la corte del Rey Arturo, y si tiene que merendarse a cualquier Mordred de medio pelo, lo hará sin vacilar. Sin embargo, se mostrará sereno, o indiferente, con todo aquel que traspase las puertas de su palacio en son de paz.

Sobra decir que no hace falta que reciba educación alguna para cumplir su función de perro guardián. En cualquier caso, a ver quién es el valiente que hace frente a un Bulldog Inglés en estado de alerta. “Quizás algún ninja de cuerpo ágil y gesto rápido”, señala Adriana Vargas en clara referencia a su torpeza corporal.

Un holgazán de paso corto

Y es que la raza tiene un movimiento de lo más peculiar: camina con cierto balanceo, dando pasitos cortos y rápidos. Según pasan los años, su caminar se vuelve más lento y pesado, como un gordinflón al que le pesan hasta las ideas. Pero que nadie se lleve a engaño, por mucho que le pesen los años, si hay que defender a uno de los suyos, en un visto y no visto se arrojará sobre el agresor.

Sea como sea, lo que no se puede negar es que se trata de una raza vaga, pero vaga de verdad. Si le dejan, pasará las horas tumbado y dormitando, o viendo cómo la vida transcurre ante sus ojos. “Hay que obligarle a moverse”, aconseja Adriana, que también advierte de que nadie debe esperar que un Buldog Ingles se lance a la carrera. “Su enorme masa compacta tiene limitaciones”, explica la experta.

Educar sin vacilar

Para no tener que lidiar toda la vida con su enorme fuerza, el amo debe acostumbrar al cachorro de Bulldog a caminar con la correa y a obedecer órdenes sencillas. Es importante que el amo mantenga, desde el primer día, una relación coherente con su Bulldog Inglés.

A pesar de su pasado violento, es un excelente perro de compañía

No hay espacio para una educación con altibajos, dudas o concesiones. De lo contrario, este inteligentísimo perro tardaría muy poco en calificar a su dueño como un chisgarabís al que se puede amar, pero no obedecer. El amo debe poner límites al cachorro desde el primer día.

¡Que los niños vengan a mí!

Bulldog inglésUna de las cosas que más llama la atención de la raza es su amor por los niños. Junto a ellos, hasta su cara de eterno enfado cambia para dar paso a un gesto dulce y templado. Los niños le chiflan, sean o no de su entorno familiar. Nada le hace más feliz que estar cerca de chiquillos alegres que juegan con él, o junto a él. Observar cómo vela por ellos es una fiesta para los sentidos, un espectáculo que emociona.

Sus mejores cualidades son la ternura, la inteligencia y su equilibrado instinto de guarda y defensa

Carmen Sanmillán es madre de dos niñas y un niño de entre cinco y ocho años que han convertido a Rambo, su Bulldog Inglés de tres años, en un muñeco al que “las niñas disfrazan a su antojo, peinan y ponen diademas principescas. El niño es algo más original: utiliza su cuerpo como fuerte y guarida de las múltiples batallas que lidia con sus amigos.  Rambo les aguanta todo. No solo tiene una paciencia infinita, se nota que disfruta con sus trastadas”, explica esta joven madre.

¿Un Bulldog Inglés barato? Imposible

Un buen ejemplar de Bulldog Inglés jamás se consigue a precios de ganga. Su coste supera los 1.500 euros, pudiendo llegar hasta los 3.000 euros en ciertos casos. Estas cifras están justificadas. Se trata de una raza con importantes problemas de reproducción: los partos pueden llegar a resultar una pesadilla y la mortalidad de los pequeños es muy elevada. Solo cuando el cachorro ha cumplido los dos meses, está fuera de peligro. Bulldog inglés

Adriana explica que “los criadores de Bulldog Inglés invierten mucho tiempo y dinero en sacar adelante cachorros de pura raza. No es una raza fácil de criar, y eso repercute en el precio”. Nuestra experta aconseja comprar solo ejemplares con pedigrí, pero no por esnobismo, sino por seguridad. “Solo este documento ofrece información fiel sobre los orígenes del cachorro”, explica.

¡Ojo al fraude!

Y esto es importante, porque el perro equilibrado, dulce, inteligente y fiel que es todo Bulldog de pura raza no tiene nada que ver con los ejemplares sin linaje. Adriana explica que “en internet es fácil encontrar ejemplares a bajo precio. Se trata de perros que no ofrecen garantías en cuanto a morfología, equilibrio psíquico y salud”.

¡Cuidado! Hay intrusos que venden ejemplares de mal linaje a bajo precio. El peligro es adoptar un Bulldog Inglés temperamental. Un pura raza es siempre un animal de nervio templado

Adriana también advierte del fraude del pedigrí internacional. “Son documentos emitidos por asociaciones privadas, de países extranjeros, al margen de la FCI. Son papel mojado. No tienen validez”.

Sus puntos débiles

Susana Cacho, veterinaria asesora de The Pets, hace un repaso a sus problemas de salud. Y afirma que, al margen de sus dificultades de reproducción, no es un perro demasiado delicado. “La boca y los ojos son sus puntos más frágiles. Pueden crecerle dientes de más o fuera de su sitio. Y eso hay que vigilarlo. También, debido a la singular morfología de su hocico, respira mal. En cuanto a los ojos, conviene mantenerlos bien limpios. Es propenso a las infecciones”, concluye Cacho.

Llegados a este punto, no podemos pasar por alto algunas singularidades de la raza. El Bulldog Inglés ronca, babea, no soporta el calor ni los viajes en coche (se marea) y es bastante tozudo. Aclarados estos puntos, convivir con él es un lujo reservado solo a dueños que sepan valorar la originalidad y la belleza funcional de una raza espléndida para vivir en familia.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!

Por favor ingrese su nombre aquí