Pregunta: Los Beagle me chiflan. Siempre he querido tener uno. Sin embargo, ahora me dicen que educar a un Beagle es muy difícil. Me han aconsejado que no adopte un ejemplar, salvo que quiera volverme tarumba. Evidentemente sé que se trata de una exageración, pero me gustaría saber si hay algo de cierto en ello.
Respuesta: Educar a un Beagle no es coser y cantar. Estamos ante un juerguista encantador. La mayoría de los Beagle, aunque estén bien educados, sacarán los pies del tiesto alguna vez y no querrán ser llamados al orden, sobre todo si hay diversión a la vista. Para lograr que obedezca, habrá que seguir el consejo de los expertos. Stanley Coren, autor del libro la inteligencia de los perros, lo explica muy bien: “El Beagle no está muy alerta a los estímulos visuales, pero sí a las señales olfativas. El adiestramiento resulta más fácil si se realiza en un recinto interior, ya que en el exterior se distraerá con facilidad: hasta su nariz llegarán miles de olores y querrá seguir su pista”.
PUEDE QUE EDUCAR A UN BEAGLE exija algo de mano izquierda, PERO es un perro encantador. ¡una delicia!
Quizá convenga dejar claro que, sea como sea, un Beagle jamás se convertirá en un perro sumiso, obediente y tranquilo. Pero esto no significa que no puedas educarlo. Recuerda que todos los cachorros necesitan límites desde muy temprana edad y enseñarles a obedecer órdenes sencillas, pero muy concretas. Todo irá mejor cuanto más pronto inicies su educación. Además, puede que sea un torbellino, pero… ¡qué tipo más simpático! Dinámico, alegre, juerguista… Si te van las personalidades con chispa, el Beagle es tu perro. No lo dudes.
Sabías que…
A nadie le resulta desconocido Snoopy, un perro creado por el dibujante Charles Monroe Schultz en la década de los 40. Pero en Thepetes.es estamos seguros de que no todos saben que este personaje está inspirado en un Beagle. El dibujante quiso homenajear a su perro más querido, el que le alegró la infancia. Pero… Snoopy es blanco con manchas negras, dirán muchos. Efectivamente, pero es que la mascota de Charles Schultz era un Beagle con sangre de Pointer.
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