El Shar Pei es un perro del que se han dicho muchas tonterías. Su aspecto y su origen oriental han alimentado leyendas fabulosas que mezclan superstición y fantasía. Por eso es importante contar su historia. La de verdad. Sin cuentos chinos. Esta es la historia del Shar Pei, el perro amable.  

El Shar Pei de un vistazo

 

Peso: El estándar de raza no marca peso, pero las hembras oscilan entre 18 y 24 kg. Los machos no deben pesar menos de 25 kg ni más de 30 kg.

Alzada: de 44 a 51 cmt

Temperamento: Tranquilo, afectuoso y reservado con los extraños. Se lleva bien con los niños y acepta la presencia de otras mascotas. No es agresivo, salvo que se le eduque para serlo.

Esperanza de vida: 10 años

Precio: Un buen ejemplar cuesta cerca de 1.000 euros.

No olvides que: la piel y los ojos son sus puntos débiles. Un buen pienso para perros con problemas cutáneos ahorrará muchos problemas. Lo mismo sucede con la educación, que debe ser precoz, justa y adecuada.

 

Más información: Chinese Shar Pei Club of America, RSCE, American Kennel Club

Una tradición oriental afirma que el cuerpo de un Shar Pei es la última parada del alma del hombre antes de reencarnarse, al fin, en un ser humano. Este bonito cuento chino tiene moraleja: la próxima vez que vayas a quejarte echa un vistazo a una mosca –o similar- y trata de averiguar sus problemas existenciales. Eso sí es un psicodrama, no lo tuyo. Si estás en la cúspide de la reencarnación… ¡Disfrútalo!

Pero volvamos al Shar Pei y a sus ancestros, que también han pasado lo suyo antes de convertirse en un adorable animal de compañía. La raza se originó en China hace la friolera de dos mil años. Y el primer trabajo que se le reconoce es el de perro guardián… de tumbas.

Los saqueadores no temían a los difuntos. Sí a ese perro enigmático que les cortaba el paso -y las intenciones- cuando entraban en faena. Su sola presencia ya debía bastar para que los ladronzuelos pusieran los pies en polvorosa. Se sospecha que la imaginería popular le otorgó algún poder sobrenatural de protección post morten. Numerosas estatuas de perros muy parecidos al Shar Pei hallados en tumbas de la dinastía Han (206 a.C – 220 d.C) así lo indican, aunque no hay datos que lo confirmen.

Antes de convertirte en humano, fuiste un Shar pei. Lo dicen los chinos

GORDITO Y “ECHAO PA´LANTE”

Arrugas con fundamento  

 

Un equipo de la UAB ha descubierto el origen de las arrugas del Shar Pei. La investigación apunta a una alteración genética que estimula la actividad de la encima productora de ácido hialurónico.

 

Esta sustancia, que es como un gel, se acumula en la piel y da forma a sus famosas arrugas. El estudio ha sido publicado en Veterinary Dermatology y Journal of Heredity.

Por aquella época, un ejemplar de Shar Pei pesaría al menos unos 80 kg”, explica Álvaro Andrade, historiador y gran amante de esta raza milenaria. “Eran perros inmensos. Muy poderosos. De aspecto temible. Su carácter estaba a la altura de su físico. Eran como toros. No se amilanaban ante nada ni ante nadie. Por eso se convirtieron en perros de pelea”, argumenta Andrade, quien también explica que sus arrugas constituyeron una armadura fabulosa en aquellas cruentas batallas. “Sus pliegues eran tan gruesos que los colmillos del adversario no dañaban los tejidos internos. Además, aumentaban la elasticidad de la piel, lo que les permitía hacer giros y movimientos que tomaban por sorpresa a su rival, que quedaba desorientado”.

Se dice que sus orejas eran también una ventaja. Tan pequeñas que el atacante no podía ni morderlas. ¿Qué hay de cierto en ello? “Mucha leyenda -responde el historiador Andrade-. No hay constancia de ello. Se ha llegado a decir que eran pequeñas como garbanzos… No es posible. Lo más probable es que el tamaño no haya variado en el tiempo, aunque algunas teorías se empeñen en afirmar lo contrario”, asegura el experto.

¡QUÉ COSAS DICEN!

Hipótesis acerca de su pasado no faltan. Hay quien afirma que romanos, celtas, germanos… hicieron de ellos poderosas máquinas de combate. A veces provistos de armaduras punzantes, otras llevando sobre sus lomos calderos de resina ardiendo y, en todos los casos, lanzándose como kamikazes contra el enemigo. “En efecto – afirma Andrade-. Se ha llegado a decir que eran insensibles al dolor y que luchaban con tanto ardor que seguían en combate incluso tras la derrota de sus amos”. ¿Es cierto? “En absoluto”, afirma con claridad nuestro experto.

Shar PeiDesde luego, de él se ha dicho de todo, desde cuentos chinos hasta chorradas (perdón, historias surrealistas) que avergüenza contar… Lo que sí es cierto es que estamos ante una raza diferente, enigmática y muy poco convencional. Tiene un gran bagaje histórico a sus espaldas y un montón de claroscuros, pero también datos objetivos que nos hablan de un perro muy normal que las ha pasado canutas para sobrevivir a la China comunista.

Se sabe que en el siglo XX el sistema tributario de China casi lo lleva a la extinción. “Los impuestos asfixiaban a la población. Y pocos podían afrontar el gasto que suponía tener un animal que no fuera de granja. Los perros se gravaban con impuesto feroces porque no eran fuente productiva de alimento. Se consideraban un lujo”, aclara Andrade, quien también sospecha que “lo más seguro es que se abandonaran hordas de Shar Pei a su libre albedrio que, casi con seguridad, morirían de inanición”.

SALVADOS POR LA CARTERA

Shar PeiLa desaparición del Shar Pei como raza se salvó gracias al celo (y a la cartera) de Matgo Law y Chung Ching, dos tipos muy adinerados que protegieron el legado de este maravilloso animal. “De no ser por ellos, se habría extinguido“, asegura el historiador. “Es de agradecer el servicio que sus yuanes hicieron a la raza”, apostilla Andrade. Y es que el valor de una buena acción no se mide siempre por los sudores invertidos en ella. En este caso, los fajos de yuanes gastados para su salvación fueron más eficaces que el trabajo de mil hombres.

Shar Pei¿Shar Pei chino a americano?

 

El linaje chino tiene las arrugas menos definidas que el americano y sufre más problemas cutáneos. Su pelo es más áspero, corto y grueso. Es estilizado y tiene movimientos ágiles. No tiene la cabeza muy grande y su hocico es alargado. Es algo más reservado y protector que el americano.

 

La rama americana se creó en origen para ser un animal de compañía. Su frente y su cuello son muy arrugados, y tiene un hocico bastante más ancho y carnoso que el de su primo oriental. También es más lento y menos ágil. El pelaje es más largo y suave que su homólogo chino. Hay dos variedades: Brush Coat y Bear Coat, pero está última no entra en el estándar de raza porque su pelaje supera los 2,5 cm de longitud.

Las arrugas del Shar Pei chino han perdido su «expresividad»

Estos ricos caballeros pusieron doce ejemplares de Shar Pei rumbo a EEUU, donde fueron acogidos con entusiasmo. Para evitar la consanguineidad, aquellos colonos de cuatro patas se cruzaron con Chow Chow, Buldog Inglés e incluso Bóxer. Así nació la rama americana, más robusta, arrugada y suave que la original.

El linaje oriental quedó a buen recaudo en manos de Matgo Law y Chung Ching, que criaron con mimo magníficos ejemplares y preservaron las características originales de la rama china, que hoy permanecen intactas.

El linaje americano es menos ágil que el chino. Son perros más robustos, tienen las patas más anchas y muchas arrugas 

OBJETO DE DESEO

Cuando en 1980 el Guinnes Boock declaró al Shar Pei la raza más rara del mundo, su fama aceleró a velocidad de Maserati. La escasez de ejemplares hizo el resto. Y así nació uno de los perros más caros del mundo, al menos hasta la década de los 90.

Hoy en día la sociedad ha superado la tontería del exhibirlo como símbolo de estatus y su precio ha dejado de cotizar en bolsa. Aun así, no es un perro barato. Un buen ejemplar cuesta unos 1.000 euros. Y no es una gran idea intentar ahorrarse un dinero en el barrio chino de internet. Es un consejo de The Pets que evita sustos, disgustos y rechinar de dientes.

UN “HIJO” EJEMPLAR

Adentrándonos ya en las cualidades de este magnífico animal, nada mejor que reproducir las palabras de Paula sobre Box, su Shar Pei, publicadas en la sección Ellas&Ellos. “Si existe un perro paciente, tranquilo y tolerante, ese es él”, afirma la joven dueña de Box en un arrebato de sinceridad que define de modo ejemplar a la raza.

Tiene un carácter excepcional y su fidelidad no conoce límites. Es perro de un solo amo

Puedes leer la historia completa de Paula y Box en nuestra sección Ellas&Ellos

Marga Antunes, que es una criadora portuguesa que lleva diez años velando por la pureza de la raza, va un poco más allá. “Conozco a esta raza mejor que a mis hijos. Y te aseguro que es más agradecida, obediente y cariñosa que ellos”, bromea. “Si tuviera que destacar una de sus muchas cualidades no podría. Es imposible. ¿Con cuál me quedo? ¿Con su dulzura, su paciencia y su intuición, o con su belleza, su aplomo y su fidelidad?

Es un perro muy completo. Tiene iniciativa, es equilibrado, cariñoso con toda la familia y muy hermoso por fuera, aunque por dentro lo es aún más”.

La fiebre del Shar Pei

 

Es un mal genético que afecta al 23% de los ejemplares de esta raza. No es peligroso si se detecta a tiempo.

El animal enfermo sufre accesos febriles que duran entre 12 y 48 horas y van seguidos de inflamación en las articulaciones.

Los afectados son propensos a la amiloidosis sistémica, que ataca a las células del riñón.

marga sabe de lo que habla, y también los miles de dueños que cada año se animan a adoptar un cachorro de Shar Pei. En Argentina es uno de los perros más buscados, en España su fama va en crescendo y en EEUU lidera la lista de las razas más vendidas desde hace varios años.

Es cierto que su aspecto ha sido decisivo para lanzarle al estrellato, pero, tal y como explica Marga, “quienes solo lo ven bonito por fuera, no imaginan lo que se pierden. Por dentro es mucho más hermoso. No es fácil describir la belleza que late en su interior”, asegura Marga con pasión de buena madrastra.

NO HAY TRUCO, SOLO BUENA EDUCACIÓN

Es una raza equilibrada y paciente

Una de las principales paradojas del Shar Pei es cómo un perro que antaño peleaba como un toro en el ring se ha convertido en un dulce animal de compañía. Para entenderlo, hay que preguntar a quien sabe, y la respuesta nos la da el historiador Andrade. “El Shar Pei siente fidelidad ciega hacia su amo. Lo protege con el celo de una madre y lo obedece como a un dios. Si su familia –su clan- le educa para pelear, lo hará con decisión y valentía. No le faltan poderío ni destreza. Pero si le enseñan a convivir de modo pacífico y crece en un ambiente justo y cariñoso, créeme que no habrá perro más equilibrado, sereno y paciente que un Shar Pei”.

Una vez más, la moraleja se repite: una buena educación es la clave de todo, lo que tampoco es una novedad. Nuestra sección Bien Educado es, posiblemente, la más completa guía apologeta de la buena educación canina. Y también precoz, que así se evitan muchos problemas.

PIEL SENSIBLE BAJO CONTROL

Su piel es muy sensible

En cuanto a sus exigencias, poco que reseñar. Se adapta a todo tipo de viviendas, incluso a las más pequeñas. Tres paseos diarios son suficientes para satisfacer sus necesidades de ejercicio y un pienso para perros con piel sensible mantendrá a raya su propensión a las alergias. Royal Canin y Organic-Hunde tienen muy buenos productos formulados para estos casos.

En cuanto a los cuidados de su manto, Felicidad Cruz, peluquera canina, explica que hay Shar Pei de pelo corto y de pelo largo. “Los primeros necesitan más atenciones que los segundos, aunque en ambos casos hay que vigilar los pliegues de su piel. Si no queremos infecciones, siempre han de estar bien limpios y secos. Su piel es muy sensible y hay que cuidarla”, advierte.

HIDRATAR HASTA LA CONCIENCIA

respecto a la muda, también hay diferencias. El Sharp Pei de pelo corto la tiene infinitamente más complicada. Para ablandar un poco la dureza del pelo corto, que se adhiere a las superficies con una firmeza que ya quisiera para sí el mejor de los pegamentos, hay que hidratarle hasta la conciencia.

Felicidad aconseja bañarlo con “champús de raíces de árbol de té y aplicar un acondicionador o una muy buena mascarilla”. Le pedimos a Felicidad que nos recomiende alguna marca o producto, que para eso es la experta, y después de mucho insistir se decanta por la gama Pure Paws Dogs. “Es la que yo uso y me va muy bien, pero esto no significa que no haya otras muy buenas”, advierte.

La peluquera también recuerda que el Shar Pei de pelo corto no tiene submanto y que “los cepillos de púas duras pueden dañar su piel”. ¿Lo mejor? “Cepillarlos con una manopla de látex y armarse de paciencia durante la muda”, aconseja.

OJO A SUS OJOS, SON DELICADOS

Shar Pei
Es propenso a los problemas oculares

En cuanto a su salud, Susana Cacho, veterinaria asesora de The Pets, pone el foco en los ojos. “Es propenso a los problemas oculares. Esto es debido a que sus párpados se meten hacía el interior y las pestañas irritan la córnea. Una buena higiene ocular, basada en limpiezas con gasas y agua hervida, nada más, es la mejor protección.

Si se observa un exceso de lagrimeo, hay que acudir al veterinario”, aconseja Cacho.

En cuanto a su propensión a la displasia de cadera, poco podemos hacer. Cacho recuerda que “es un trastorno genético que solo la cría responsable podría erradicar”. Aun así, evitar la obesidad y los ejercicios bruscos son importantes medidas de protección.

Es un animal muy limpio, pero su muda es espinosa. Ármate de paciencia y cepíllalo a diario con una gamuza

Sea como sea, su salud general no es mala, y su esperanza de vida es superior a los 10 años. Y hablando de longevidad, ahí va un dato curioso: los pliegues de su frente, según su patria natal, son más numerosos cuanto más larga vaya a ser la vida de su amo… Pero esa ya es otra historia de chinos.

Shar Pei

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